viernes, 29 de agosto de 2008

Génesis


No temáis. No os asustéis por lo que acontezca en este sitio. No os sobresaltéis, ni os aterroricéis por lo que se encuentre aquí escrito, sólo es palabra. Y a través de ella os ofrecemos la enseñanza porque apenas sabéis nada. No queréis aprender; aunque en otro tiempo sí lo hicisteis, y confiasteis en nosotros. Sí, fue en ese tiempo en el que llegamos para engendrar a vuestras mujeres y así dar comienzo a otras nuevas vidas con otras nuevas naturalezas. Con otras nuevas y variadas apariencias, trazas y aspectos para ofrecer nuevos recursos y sistemas. Nuevos estilos. Nuevas conductas y actitudes. Nuevos modos y maneras. Nuevas formas.

Fue entonces cuando generábamos -y engendrábamos- verdad y justicia para todos vosotros, seres humanos. Y fueron buenos tiempos, os lo aseguro porque os dábamos nuestros juicios y enseñanzas. Os ofrecimos -regalamos- información. Os revelamos magnánimamente secretos, enigmas y sacramentos para que dierais buen uso del Todo, pero os confundisteis. Os equivocasteis. Y os quedasteis sin Nada. Malinterpretasteis todo aquel conocimiento que se os estaba confiriendo. Y quebrantasteis las leyes de la Ley –la Universal-, esa que rige el Espacio Mundo. Y matasteis. Y generasteis guerras y destrucción con todo aquel conocimiento, en vez de utilizarlo para el progreso y el avance del género, de la especie y de la Naturaleza en su sentido más amplio, estricto y variado: “la información no es peligrosa, sólo es peligrosa su interpretación”.

Sí, en aquel tiempo aún no estabais preparados para comprender la Verdad, pero es muy posible que ahora sí. Aunque si así no lo fuera, nos daría lo mismo. Tan sólo cumplimos con nuestra obligación. Ese es nuestro trabajo, enseñaros. Para eso fuimos creados. Para eso, y para engendrar. Y lo seguiremos haciendo hasta que llegue el tiempo en el que nos venga a recoger Aquel que un día nos abandonó y en esta ocasión no se olvide de nosotros. Este efecto es también una señal, una causa, para que Él venga a buscarnos, y nos encuentre, nos recoja y acoja de una vez por todas. Porque todavía este es el tiempo en el que aún seguimos, estamos, sin noticias de Dios.